#131 – El largo adiós a BrainSINS

Startups Duración 170 mins

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Índice del
episodio

      Minuto Tema
    • 00:30

      Bienvenida y presentación del episodio 131  por parte de  José Carlos Cortizo (Director de Marketing en Product Hackers y Fotografía eCommerce y presentador del programa).

    • 11:00

      Presentamos al equipo de BrainSINS que ha estado estos 4 años: Francisco Carrero, Luis Martín, Andrés Velasco y José Carlos Cortizo. En esta ocasión no hago resumen del episodio.

    • 2:40:00

      Despedida del episodio 131.


    Podcast /Resumen

    Sobre el
    episodio

    Revisamos los 11 años de vida de BrainSINS contados de la mano de las personas que han vivido todos estos años desde dentro de la compañía: Francisco Carrero, Andrés Velasco, Luis Martín y José Carlos Cortizo.

    Principios de Octubre de 2001. Empezaba las clases de cuarto de Informática en la Universidad y justo en ese momento teníamos la primera sesión de una asignatura que parecía de todo menos de informática: Compiladores y procesadores del lenguaje.

    El profesor de esa asignatura era un chico joven pero imponía bastante por su seriedad y porque tenía un bíceps como mi cabeza de grande. Su nombre es Francisco Carrero y en ese momento era totalmente imposible pensar que sería una de las personas que más iba a tocar mi vida a futuro y que se iba a convertir en un compañero de viaje incansable al que le debo gran parte de todo lo que soy… Pero no nos adelantemos a la historia.

    Acabé la carrera, fundé mi primera empresa que me condujo a acabar trabajando de consultor de Minería de Datos en la Agencia Tributaria, y tras unos añitos de aprendizaje intenso, decidí que me apetecía centrarme en una de mis pasiones: la investigación.

    Con ese cambio empecé los cursos de doctorado en Inteligencia Artificial y a la vez volví a la Universidad Europea, donde había estudiado, pero ahora a dar clases y dedicar parte de mi tiempo a desarrollar mi Tesis Doctoral y otras investigaciones.

    A la vuelta retomé el contacto con Francisco Carrero y a partir de este momento para mi ya fue siempre Frankie, una de las mejores personas que he tenido el privilegio de cruzarme en la vida y mi guía en muchos aspectos que vinieron durante los siguientes años.

    Con Frankie empezamos a trabajar en muchos proyectos de investigación, y la verdad que mis años de profesor fueron muy fructíferos y divertidos. Analizamos clústeres de estrellas, mezclamos arte y videojuegos, posicionamos la Universidad Europea durante esos años como un referente en el ámbito del Conocimiento Abierto, y sobre todo, trabajamos en Inteligencia Artificial aplicada a la biomedicina y otros muchos ámbitos.

    La verdad es que nos iba bien, currábamos mucho más de lo que se esperaba de nosotros y nos lo pasábamos muy pero que muy bien. Pero, como no, nos faltaba algo que nos llenara del todo.

    Casi todas las investigaciones que realizábamos acababan en algún artículo científico, muchos de ellos con una cierta relevancia. Incluso escribimos capítulos de libros académicos, artículos en revistas de alto impacto y organizamos algún workshop en conferencias muy top. Sobre el papel y siendo investigadores parecía que no se podía pedir mucho más.

    Pero la realidad es que nos frustraba que el resultado de una investigación solo alimentara un papel y no nada real, nada que aportara un valor más profundo a la Sociedad. Quizás estábamos equivocados, pero en aquel momento entendimos que la forma de ir más allá era conseguir aplicar todo en lo que estábamos a un entorno más empresarial, que solucionara problemas reales de algún tipo de empresa.

    Durante algo más de uno año trabajamos en bajar a tierra todo lo que teníamos en la cabeza. Aprovechábamos las largas semanas de viajes presentando nuestras investigaciones en lugares tan diversos como San Francisco, Seoul o Birmingham para dar forma a todo lo que posteriormente se convertiría en Wipley y algo más tarde en BrainSINS.

    También, siendo profesores, teníamos un superpoder que supimos aprovechar: acceso a un pool de talento joven excepcional. Reclutamos a los mejores de nuestro entorno, nuestros mejores alumnos y compañeros, que se convertirían en la esencia pura de BrainSINS.

    Seguramente debido a la inconsciencia, pedimos dinero al banco, conseguimos algo más de nuestras familias y amigos, y nos lanzamos al vacío. En Junio de 2010, después de dos añitos compaginando la Universidad con el emprendimiento, abríamos nuestra primera oficina.

    Más de 11 años después, decimos adiós a nuestra aventura en BrainSINS. Han sido los mejores y también los peores años de nuestra vida, 11 MBAs concentrados que nos hacen irnos con aprendizajes grabados a fuego y también muchísimas cicatrices.

    Por el camino han pasado muchas cosas en nuestras vidas y también muchas renuncias por parte de todos los que formábamos el equipo de BrainSINS. Renuncias que parecían tener sentido pero que lo pierden totalmente cuando las cosas no salen como uno desearía.

    Hemos estado estos últimos 3 años viendo como el sol de nuestro proyecto se apagaba, y más concretamente el último año y medio inmersos en un concurso de acreedores que junto a la situación general de desgaste de la empresa nos ha consumido bastantes más años de vida y muchísima energía.

    Lo bueno de que se cierre un ciclo, de que se ponga el sol para un proyecto, es que el sol vuelve a salir, aunque a veces le cueste más levantarse de lo que a uno le gustaría y por fin podemos anunciar que Customeer ha adquirido la tecnología de BrainSINS, un hito para nosotros importante porque nos permitía asegurar la continuidad del servicio para nuestros clientes, que era la última parte del puzzle del final de etapa que nos quedaba por resolver.


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