Con Fernando Álvarez (La Trinchera) nos centramos en el desarrollo de habilidades blandas como el liderazgo, gestión de equipos o comunicación y un plan de mejora para los emprendedores en este 2020.
No se si a ti te pasaría lo mismo, imagino que si, pero en mi caso en el colegio y en el instituto me enseñaron muchísimas cosas: los afluentes de los ríos españoles, muchos de ellos ya secos y que no recuerdo, los nombres de los reyes visigodos que nunca entendí para que servían, los números romanos que me sirvieron para entender que en los créditos de las películas no salía un nombre muy raro si no la fecha en la que se terminó esa película y algo de latín, que ni siquiera me sirvió para viajar a ningún país del mundo.
En mi casa me enseñaron a que hay que trabajar muy duro pero soñar muy bajito, no todos estamos destinados a triunfar. Muchos de nosotros somos hijos de la cultura del esfuerzo, no en vano es lo que les tocó vivir a nuestros padres y abuelos que si vivieron épocas realmente duras.
También me enseñaron a ser responsable, a preocuparme de los demás, y a que a lo que debía aspirar era a ser funcionario, un sueldo para toda la vida debería ser suficiente para darte la felicidad, o al menos la felicidad justa para que pases desapercibido por este mundo.
Y no digo esto a modo de crítica destructiva de lo que vivimos. Era lógico que esto fuera así. Eran los conocimientos y aprendizajes que a nuestros padres y abuelos les hubieran servido para prosperar más y mejor.
Tampoco se le puede reprochar a nadie no ser capaz de entender hace casi 40 años que en un futuro no solo se podrían consultar los afluentes de un río desde cualquier lugar. O que incluso se podría sobrevolar ese río de forma virtual desde la pantalla de un móvil, haciendo zoom en cada punto o incluso viendo fotografías que otros han tomado del mismo.
Pero si que creo que algo que nunca se ha enseñado, algo en lo que nunca se ha educado, pero que ha podido ser útil y siempre será útil es la gestión de las emociones y las habilidades relacionadas con las mismas.
De pequeños nos enseñaban a ser los más fuertes, pero no nos decían que llorar no solo está bien, si no que es normal. Nos enseñaban a trabajar duro, pero no nos explicaban cómo gestionar la frustración cuando después de mucho esfuerzo uno no conseguía lo que se proponía. Nos decían que el trabajo en equipo era importante pero únicamente nos hacían competir entre nosotros.
A día de hoy si algo he aprendido es que poco importa lo que uno haya estudiado, es mucho más importante su actitud frente a la vida, la capacidad de aprender en todo momento y sobre todo las capacidades de gestión de tus propias emociones y de la comunicación y gestión de las personas que te rodean.
Cuando creas una empresa, por muy tecnológica y sofisticada que sea, tu principal reto siempre será la gestión de tu equipo. Un buen equipo, bien gestionado, será capaz de solventar cualquier problema que te encuentres por el camino, pero una mala gestión de personas, hará descarrilar hasta el equipo formado por los mayores genios en cualquier materia.
Pero aún así, desde la base seguimos sin hablar de la gestión de las emociones y del desarrollo de habilidades blandas como la comunicación, el liderazgo o la gestión de equipos.
Para los que apenas hemos recibido formación en este tema, y como regalo de reyes de este 2020, una semana en la que nos proponemos los retos del año, traemos a Fernando Alvarez, Desde la Trinchera del emprendimiento, para que nos hable del desarrollo de habilidades blandas y nos proponga ser mejores como emprendedores y gestores durante este 2020 que entra.