Entrevistamos a Vanesa Tejada, Head of Product Delivery en LATAM Airlines, quien nos da una brutal visión de desarrollo ágil de producto.
Hoy hablamos de aviones, producto digital y un móvil perdido, y para ello contamos con la grandísima Vanesa Tejada, la Head of Product Delivery de LATAM Airlines, una gran aerolínea chilena que maneja +300 aviones y mueve a unos 70 millones de pasajeros y 921 mil toneladas de carga al año.
Con Vanesa profundizamos en cómo gestionan los productos digitales de LATAM Airlines, y aprendemos muchísimo de agile, y cómo se pueden aplicar nuevos enfoques de diseño de producto en empresas de todo tipo.
Era un niño absolutamente fascinado por los pájaros. Se podía pasar días enteros observando pájaros de todo tipo y haciendo anotaciones en sus cuadernos.
Y era normal que estuviera fascinado por estos animales, no en vano, el pequeño George soñaba con ser uno de ellos, poder volar y tener la libertad de ir a cualquier parte del mundo con el batir de sus alas.
Creció y se hizo mayor y más realista, nunca sería un pájaro, pero su sueño de poder volar nunca se desvaneció. De hecho su obsesión por los pájaros le permitió determinar las relaciones entre el tamaño de las alas y el peso del cuerpo de estos animalillos.
Una carga realista para un vuelo sería de 1 libra por pie cuadrado a una velocidad de 35 pies por segundo y con 6 grados de incidencia del viento sobre las alas.
Dejándonos de lado la parte más técnica, la gracia de estos descubrimientos radican en que le permitieron desentrañar las claves que permiten a los pájaros despegar del suelo y a partir de ahí darse cuenta que para conseguir crear una máquina que pudiera volar lo que habría que hacer es poner el peso encima de una superficie plana con una inclinación tal que el viento ejerciera la fuerza suficiente como para que se elevara.
A partir de aquí determinó las fuerzas que permiten el vuelo de vehículos más pesados que el aire, como son el peso, la sustentación, el arrastre y el empuje.
George Cayley fue, sin duda alguna, el primer ingeniero aeronáutico de la historia y la persona más importante de la historia de la aeronáutica y un auténtico explorador de los límites de la tecnología.
Inventó las ruedas finas de radios para que sus planeadores se pudieran poner en movimiento, y estas ruedas luego se utilizaron para la construcción de las bicicletas. También se interesó por los globos aerostáticos, recomendando la construcción de cámaras separadas de aire y el uso de hidrógeno y aire caliente como gases de sustentación y discutió diversas formas de evitar el incendio del globo.
En 1825 inventó y patentó el tractor de orugas y también fue el inventor del cinturón de seguridad. Y aunque en 1849 consiguió crear un planeador que recorrió una veintena de metros, nunca llegó a ver completado su sueño de volar con la absoluta libertad con la que vuela un pájaro.
Ahora bien, su sueño transcendió su vida e inspiró a los hermanos Wright, que se basaron en los diseños de Cayley para, en 1903, conseguir el primer vuelo a motor, prolongado y verificado.
Y es que soñar a veces no nos lleva a nosotros a donde queremos ir, pero es el motor que impulsa el mundo en el que vivimos para convertirse en algo mucho mejor de lo que hubiéramos pensado nunca.