Entrevistamos a Jorge García, co-fundador y Director Comercial de Runnea, un comparador de zapatillas de running que ha exprimido al límite el modelo de negocio de la afiliación.
Forrest Gump no es, ni de lejos, el único que corre por placer. Pero correr tampoco ha sido, históricamente, una forma de ocio y desconexión.
Históricamente, siempre se corría por algo. Por perseguir algo para comer, para escapar de un peligro, o para llegar antes a tu destino. Así fue el caso de las 25 millas que corrió Filípides, un soldado ateniense que en el 490 antes de cristo fue enviado a Esparta en busca de ayuda cuando los persas desembarcaron en Maratón.
Esta hazaña fue reconocida en los primeros juegos olímpicos de la era moderna, celebrados en Atenas en 1896. Dentro de estos juegos, se organizó una carrera de 24,85 millas entre el puente de Maratón y el estadio olímpico de Atenas.
A pesar que, de los 25 participantes, solo llegaron 9 a la meta, esta carrera inspiró parte de la historia del running. Al año siguiente, en 1897, se celebró la primera edición de la que a día de hoy es considerada la maratón más antigua que se sigue celebrando: La Maratón de Boston.
En su primera edición contó con apenas 18 participantes, reflejando el escaso interés de la Sociedad en ese momento por correr.
En 1967 Kathrine Switzer se registró en la Maratón de Bostón. Por aquel entonces las mujeres tenían prohibido participar en este tipo de competiciones, lo que hizo que varios oficiales de carrera trataran de pararla por toos los medios. Gracias a la ayuda de otros corredores, Kathrine fue capaz de llegar al final y atravesar la línea de meta, y con su hazña, el boom de running llegó al gran público y las carreras de este tipo llegaron a grandes ciudades en todas partes del mundo.
Durante los años 70, más de 25 millones de personas empezaron a correr en los Estados Unidos, incluyendo tipos tan duros como Clint Eatswood o tan influyentes como el presidente Jimmy Carter.
En mitad de este boom, Nike lanzó al mercado sus zapatillas Waffle Trainer, uno de los primeros representantes de la industria del calzado para correr, que a día de hoy genera unos 20.000 millones de dólares solo en los Estados Unidos.
A día de hoy el panorama del running ha cambiado drásticamente. En las maratones de Boston se congregan más de 30.000 personas cada año, y solo las carreras que se organizan en casi todas las ciudades del mundo, mueven miles de millones de dólares
En los últimos años, además de crecer el mercado de la ropa para correr, se han creado nuevos mercados como los gadgets para correr, un mercado que supera los 15.000 millones de dólares en todo el mundo y que crecerá hasta los 23.000 millones en 2023.
Al correr, al igual que en la vida, muchas veces no importa acabar el primero, si no poder terminar. Y si no que se lo digan a Shizo Kanakuri, el padre del maratón en Japón, que empezó una carrera en los juegos olímpicos de Estocolmo de 1912. Debido al calor y la deshidratación, Shizo cayó desfallecido y fue cuidado por una familia en una granja cercana al trayecto de la maratón.
Shizo se sintió avergonzado y volvió a Japón sin comunicárselo a las autoridades de la carrera. Debido a esto, en Suecia fue considerado una persona desaparecida durante décadas. En 1967 un periodista de la televisión Sueca se enteró que estaba vivo en Japón y le ofreció la oportunidad de terminar la carrera que había empezado 50 años antes.
Cuando Shizo Kanakuri atravesó la línea de meta en 1967, sonrió y dijo “Por el camino de esta carrera, me casé, he tenido 6 hijos y 10 nieto. Ha sido, realmente, un largo viaje, pero ha merecido la pena”