Entrevistamos a Eduardo Fernández, CEO y fundador de ShuttleCloud una startup de sangre española que lo ha petado en los Estados Unidos.
Era 1995 e Internet no era, ni de lejos, lo que es hoy en día. Ni siquiera se había formado la ya histórica burbuja.
En las oficinas de Apple acababan de lanzar los ordenadores basados en PowerPC, pero esta no era la única revolución que estaba ocurriendo en ese momento del espacio y del tiempo.
Sabeer Bhatia y Jack Smith, habían estado tiempo trabajando en los Apple basados en la arquitectura Power PC, pero sus inquietudes iban mucho más allá. Veían como el email empezaba a convertirse en una herramienta de trabajo con mucho potencial, pero resultaba todavía complejo de utilizar, ya que había que utilizar programas específicos, conectarse al servidor de correo con tu usuario y contraseña, y todo este proceso te hacía muy dependiente de tu propio ordenador para consultar tu email.
Después de muchas charlas de café, Sabeer y Jack empezaron a soñar con lanzar un servicio de email que fuera gratuito y mucho más fácil de usar. Un email que aprovechara muchas características que ofrecía ya la web, como una maquetación del contenido con más posibilidades, como las que brindaba el lenguaje HTML, que a día de hoy sigue siendo uno de los pilares de la web.
El nombre de servicio tendría que juntar los términos HTML y Email, pero también ser un término fácil de recordar, de ahí que lo llamaran Hotmail.
Se acercaron al fondo de inversión Draper Fisher Jurvetson, quien no creía que un servicio de este tipo fuera capaz de atraer tantos usuarios como para permitir crear una compañía en condiciones, pero había algo en todo esto que les resonaba suficientemente bien como para meter 300.000 dólares y ver hacia donde iba esta loca idea.
Con este dinero, Sabeer y Jack se pusieron manos a la obra y desarrollaron la primera versión de Hotmail. En esta versión, existía un límite de 2Mb para poder tener el correo gratuito, pero era más que suficiente para la época.
Un año después, más concretamente el 4 de Julio de 1996, Hotmail veía la luz. El día fue elegido con mucho mimo, ya que el día de la independencia de los Estados Unidos, era una excusa perfecta para lanzar un sistema de email al mercado que ofrecía libertad a sus usuarios, libertad de su proveedor de servicios y libertad, también, de consultar su email estuvieran donde estuvieran.
En apenas un mes desde su lanzamiento, Hotmail consiguió 20.000 usuarios, una muy buena cifra. Pero la ambición de su equipo no tenía límites, así que idearon un plan para crecer mucho más rápido.
Pensaron que, la mejor forma de crecer a partir de su base de clientes actuales, era mediante un efecto de red. Tratar de llegar a los usuarios que ya se comunicaban con los usuarios de Hotmail.
Y con esto en mente surgió la idea de incluir, al final de todos los correos enviados, un tagline que decía “Consigue tu email gratuito en Hotmail”, con un enlace para registrarse en el servicio.
Esta táctica les permitió conseguir 1 millón de usuarios en apenas 6 meses, y además se convirtió en uno de los primeros Growth Hacks de la historia, 14 años antes de que el concepto Growth Hacking viera la luz.
Apenas 1 año y medio después de su lanzamiento, en Diciembre de 1997, Hotmail ya tenía 8,5 millones de usuarios, convirtiéndose en una de las empresas con mayor crecimiento de su era. Y gracias a esta tan rápida penetración en el mercado, atrajo los ojos de la gigante Microsoft, que desembolsó unos 400 millones de dólares para hacerse con el que fuera servicio de email principal de la mayoría de los Internautas en los finales de los 90 y principios de los 2000.
Ya dentro de Microsoft, Hotmail vivió varias etapas, la primera justo en la adquisición cuando pasó a llamarse MSN Hotmail. El servicio siguió creciendo como la espuma hasta que en 2004 vio nacer al que sería su gran competidor: GMail.
Y es que Hotmail fue un revulsivo para la industria del email, un punto de partida de muchas innovaciones que fueron surgiendo a partir de esta idea inicial de acercar el email a todo el mundo. Porque, como a Bill Gates le gustaba decir: “si le das herramientas a la gente y usan sus habilidades naturales y curiosidad, desarrollaran cosas de formas que te sorprenderán porque les harán llegar mucho más allá de lo que tu habrías esperado”.