Hablamos con David Morán de Serendipia Agency y Ángel Sánchez de Blue Banana Brand acerca de cómo optimizar tu estrategia de Social Ads.
En 2006, Facebook conseguía su primer gran partnership publicitario. Un acuerdo con JP Morgan Chase para promocionar sus tarjetas de crédito. Aún recuerdo el momento, a muchos de los que estábamos en digital en aquella época, nos parecía que Facebook estaba todavía muy lejos de conseguir el potente sistema publicitario que ya tenía Google. Además, poco parecía tener que hacer ya que Google disponía de la intención de búsqueda y, por ende, de compra de los usuarios, algo que no estaba presente ni en Facebook ni en ninguna red social.
Seguramente algún gurú diga que lo veía venir, pero no recuerdo ningún artículo, post u opinión en redes sociales de esa época que fuera capaz de evocar una visión de en lo que se convertirían los Social Ads o anuncios en redes sociales.
Esta falta de visión ha permitido a muchos negocios encontrar durante años una vía de crecimiento sin apenas competencia y a unos costes de captación realmente ridículos. El éxito de Hawkers en su momento se debió, en gran medida a ser capaces de explotar un nuevo canal publicitario como era Facebook, que les permitía llegar a un público muy segmentado a un coste muy inferior al que llegaban por otros canales.
Del muy menor coste de captación de estos canales ya nos podemos ir olvidando, porque el panorama ha cambiado mucho en poco tiempo. Pero los Social Ads tienen otra gran ventaja o diferencia, y es el cambio del eje de la segmentación.
A grandes rasgos, la publicidad display tradicional de Internet era una publicidad muy masiva, que trataba de matar moscas a cañonazos mostrando los mismos anuncios en multitud de páginas vistas. Lo mismo que en la televisión, pero en el monitor de tu ordenador.
El SEM o la publicidad en buscadores permitió un cambio de paradigma, ya que permite posicionar nuestra página web para palabras claves de nuestro interés. Así podemos pagar para salir en los resultados de búsqueda cuando el usuario busca algo. Es decir, nos permite tratar de satisfacer necesidades concretas de usuarios que están buscando en Internet.
Los Social Ads vuelven a cambiar el eje, porque no tratan de responder una necesidad temporal de un usuario, si no que apelan a sus intereses más permanentes. Las redes sociales son capaces de modelar nuestros intereses como nadie. Saben quienes son nuestros amigos, que marcas seguimos, a qué productos hacemos like, que publicaciones nos gustan, los hashtags con los que más interactuamos… Visualizar el grafo de intereses de Facebook para nuestro perfil seguramente nos describa mucho mejor de lo que podría describirnos un compañero de trabajo con el que interactuamos a diario. En definitiva, las redes sociales nos observan en todo momento, incluso cuando cotilleamos las publicaciones de un o una ex, cuando troleamos a alguien que nos cae mal o cuando nos quedamos absortos a ver algo que no deberíamos estar viendo.
Ese conocimiento y capacidad de influencia las ha convertido en poderosas armas políticas capaces de hacer ganar elecciones hasta que han explotado casos como el de Facebook y Cambridge analítica, o también ser capaces de ofrecerte productos o servicios incluso antes de que tu sepas que los necesitas.
Además, todos usamos alguna red social. Facebook cuenta con más de 2.600 millones de usuarios al mes, YouTube unos 2.000, como Whatsapp, Instagram algo más de 1.000 millones, Tik Tok 800 millones y creciendo, LinkedIn unos 260 millones y luego tenemos un sinfín de redes sociales más pequeñas de todo tipo.
La inversión en Social Ads ha pasado de los 21.490 millones de dólares en 2017 a los 43.530 millones de 2020 y crecerá hasta superar los 51.000 millones en 2021.
Año tras año, crecen el número de impresiones de Social Ads al ritmo del 20% interanual debido a los nuevos usuarios y al mayor tiempo de uso de las redes sociales. Esto también nos lleva a que la publicidad impacte menos, y los CTRs o ratios de clicks decrecen a un 30% interanual.
Las redes sociales consumen, de media, 3 horas de nuestro tiempo cada día, acercándose cada vez más a las 4 horas que utilizamos viendo la televisión. Aunque en algunos segmentos de edad, el consumo de redes sociales ya supera, con creces, al de una televisión que se siente algo aburrida y estática.
Lo queramos o no, nuestros clientes están en las redes sociales, así que prepárate para un fascinante viaje donde vamos a aprender las claves de los Social Ads.