Entrevistamos a Carlos Maribona y Joaquín Mencía, co-fundadores de Keatz, unos restaurantes fantasma que están revolucionando el mundo del food-delivery.
Después de un día de mucho trabajo, se moría de hambre, pero no tenía cocina ni nada que comer en su casa. Por eso se acercó a comprar algo que echarse a la boca al establecimiento donde solía ir todos los días.
Mientras andaba, sintió como en el ambiente había una especie de ligerísimo polvo. Una especie de finísima lluvia de polvo que apenas se sentía si no prestabas mucha atención.
Al rato, mientras estaba esperando a que le sirvieran la cena para podérsela llevar a su casa, empezó a oir un gran estruendo. Parecía que estaban cayendo cosas del cielo. En los alrededores se empezaban a sentir gritos, y cogiendo el pan con queso caliente y miel que le acababan de servir, salió del Termopolio a ver qué estaba pasando.
El Vesubio había entrado en erupción y piedras volcánicas de varios kilos de peso estaban cayendo por toda Pompeya. También se empezaban a sentir vapores de azufre que iban penetrando por cualquier rendija y hendidura de las villas. No sabía qué hacer, si seguía andando alguna piedra le caería encima, así que entró en una casa que estaba abierta buscando refugio
Alrededor de 5000 personas murieron durante esta erupción del Vesubio, y ya conocemos todos cómo quedó Pompeya totalmente sepultada por los efectos del volcán.
Dentro de las ruinas de Pompeya se han encontrado algunos Termopolios en muy buen estado, lo cuál ha permitido demostrar la existencia de esta especie de restaurantes de comida rápida para llevar en la antigua Roma, muchísimo antes de lo que muchos imaginábamos. Solo en Pompeya existían más de 150 establecimientos de este tipo.
Estos precursores de los restaurantes modernos ofrecían comidas para llevar para los estratos más pobres de la Sociedad Romana, que no podían permitirse tener una cocina en su casa. Se solía comer una especie de pizza sin tomate a base de queso y cebollas, o bien comidas sencillas como sopas, encurtidos, pescados en salazón, jamón y, por supuesto, vino.
Durante el mismo periodo temporal, entre el 200 antes de Cristo y el 200 después de Cristo, en Asia se estaba desarrollando también otro precursor del fast-food. Durante esta época eran más o menos comunes los puestos de noodles que estaban abiertos toda la noche para dar de comer a quien quisiera.
Durante siglos se desarrollaron multitud de negocios que ofrecían distintos tipos de comidas, sobre todo asociados a posadas, hospederías y demás sitios donde podías dormir y, con suerte, te daban algo para comer.
De hecho en 1725, en el número 17 de la calle de Cuchilleros de Madrid, se abría la Fonda Botín, un precursor de los modernos restaurantes y que a día de hoy todavía está en activo y se considera por muchos como el restaurante más antiguo del mundo.
Pero para muchos otros los restaurantes tal y como los conocemos hoy en día no aparecerían hasta 1765, momento en el que Boulanger, un mesonero francés, decidió abrir un local en la calle Des Poulies de París donde podías comer en mesas individuales y elegir entre una carta de platos que variaban en función de la estación, aunque sus platos estrella eran caldos variados que eran bastante “restauradores”.
El primer pedido de comida a domicilio que tenemos documentado lo encontramos en Corea. El 1 de Julio de 1768 Hwang Yoon-suk escribía cómo realizaba un pedido de naengmyeon (fideos fríos) y recibía ese pedido en su casa. También en Corea se publicaría el primer anuncio de comida a domicilio que tenemos registrado, sería ya en 1906 y el anuncio aseguraba comida a domicilio a un precio razonable sin importar si estabas en la ciudad o en las afueras.
Unos pocos años antes de este anuncio, en 1889, el rey Umberto I de Italia y la reina Margherita de Saboya visitaban Nápoles. La reina enfermó después de comer comida podrida, y pidió comer comida italiana a partir de ese momento y se le encargó a Raffaele Esposito el que preparara una pizza para los reyes.
Raffaele creó la hoy conocidísima pizza Margarita, tratando de preservar los colores de la bandera italiana con la mozzarella, albahaca y tomates.
Como los reyes no iban a visitar una pizzería local, Esposito llevo las pizzas el mismo haciendo historia con la primera entrega de una pizza a domicilio.
Al año siguiente y prácticamente en la otra punta del mundo, en Bombay, Mahadeo Havaji Bachche lanzaba al mercado un servicio de envío de comida que se llama Dabbawala. Con 100 personas trabajando para él, Mahadeo se encargaba de recoger la comida preparada en las casas de los trabajadores de oficinas que se encontraban en las afueras y las conseguía entregar en los lugares de trabajo de cada usuario del servicio.
Este tipo de servicios no solo siguen en activo en la India, si no que crece a un ritmo del 5%-10% anual gracias a su impresionante funcionamiento. A día de hoy existen más de 5.000 Dabbawalas que hacen unos 200.000 envíos de comida al día con un ratio de apenas 1 fallo por cada 16 millones de envíos.
En 1921 arranca la historia moderna del fast-food y comida a domicilio con la apertura de la primera cadena de comida rápida: White Castle. Esta cadena quizás no sea muy conocida en Europa, más allá de su rol central en la película “2 colgaos muy fumaos”, pero siguen en activo con 420 restaurantes en Estados Unidos y su influencia en el desarrollo de las cadenas de fast-food ha sido muy importante.
Tal y como podemos ver en la muy recomendable película “El Fundador”, en 1948, Richard y Maurice McDonald le dieron una vuelta a su restaurante de carretera aplicando algunas técnicas extraídas de las líneas de producción de las grandes fábricas aplicadas a una cocina orientada a maximizar la eficiencia a la hora de preparar hamburguesas.
Optimizando esta técnica, llegaron a ser capaces de preparar una hamburguesa, unas patatas fritas y un batido en apenas 15 segundos para 1963. Un par de años antes, Ray Kroc se había hecho con el control de la compañía y fue capaz de expandir la compañía muy rápidamente hasta crear la primera cadena de comida rápida del mundo.
El aumento del food delivery en los Estados Unidos se debió a una necesidad económica, ya que durante la década de 1950, la creciente clase media estadounidense se contentaba con quedarse en casa viendo su nueva televisión y hacer la comida en sus propias cocinas.
Esto significaba que la industria de restaurantes en los Estados Unidos estaba empezando a colapsar. Los restaurantes se vieron obligados a adaptarse mediante la creación del moderno servicio de entrega, incluso anunciando sus menús en la Televisión. Time y The New York Times decían que los restaurantes que comenzaron a prestar servicios de entrega aumentaron sus ventas hasta en un 50 por ciento en poco tiempo.
A partir de aquí entramos casi en los tiempos actuales, donde estamos viviendo un nuevo auge del food delivery, que es de lo que hablaremos en este episodio. Para ello contamos con Carlos Maribona y Joaquín Mencía, co-fundadores de Keatz, unos restaurantes fantasma que sirven miles de comidas todos los días en Madrid, Barcelona, Berlín y Munich.