Primero, vamos a aclarar algo: Google Shopping no es igual que los anuncios de texto de Google Ads que ves en las búsquedas normales. Aquí tus productos aparecen con foto, precio y nombre, directo en la pestaña de Shopping o entre los resultados de búsqueda. Es visual, directo y perfecto para quien ya tiene la cartera en la mano y una muy buena manera de adquirir usuarios.
Es un combo de dos herramientas: Google Merchant Center, donde subes tu catálogo de productos (el famoso «feed»), y Google Ads, donde creas las campañas y decides cuánto gastar. El Merchant Center le dice a Google qué vendes, y Google Ads decide a quién y cómo se lo muestras. Simple, pero poderoso.
Porque los números no mienten. Según un estudio de WordStream, Google Shopping representa hasta el 76% del gasto en anuncios de búsqueda en retail. O sea, si vendes productos físicos y no estás aquí, te estás perdiendo una buena tajada del pastel. Pero tranquilo, que con esta guía vas a ponerte al día rapidito.
Paso 1: Configura tu base técnica
Antes de lanzarte a gastar dinero, necesitas una base sólida. Esto es lo primero que tienes que hacer:
- Crea tus cuentas y vincúlalas Si no tienes una cuenta en Google Merchant Center o Google Ads, regístrate ya. El proceso es gratis y bastante directo. Una vez que tengas las dos, vincúlalas desde Merchant Center para que puedan «hablar» entre sí. Sin esto, no hay forma de que tus productos lleguen a la pantalla de nadie.
- El feed de productos: tu carta de presentación El feed es el archivo que le das a Google con toda la info de tus productos: títulos, descripciones, precios, imágenes, categorías, etc. Puedes subirlo manualmente (con una hoja de Google Sheets, por ejemplo) o usar una herramienta como DataFeedWatch si tienes un catálogo grande. Aquí van un par de consejos prácticos:
- Títulos: Sé claro y usa palabras clave que la gente busque. Si vendes «zapatillas de running Nike Air», pon eso, no solo «zapatillas».
- Imágenes: Olvídate de fotos borrosas o mal encuadradas. Google las rechaza y tus clientes tampoco las quieren. Usa imágenes limpias, con buena luz.
- Datos actualizados: Si cambias precios o stock, que el feed lo refleje. Nada peor que un cliente clicando en algo que ya no tienes.
- Verifica tu sitio web Google necesita saber que tu tienda es real. Verifica tu dominio en Merchant Center (subiendo un archivo HTML o con Google Tag Manager) y reclama tu URL. Sin esto, no te aprobarán el feed.
Si todo suena muy técnico, no te preocupes. La interfaz de Google es amigable, y con un par de tutoriales oficiales (los encuentras en el soporte de Merchant Center) lo tienes listo en una tarde.
Paso 2: Define tus objetivos y audiencias
Antes de meterte en campañas, para un segundo y piensa: ¿qué quiero conseguir? No es lo mismo buscar ventas rápidas que darte a conocer o captar clientes nuevos. Tus objetivos van a moldear todo lo que hagas en Google Shopping.
- Ventas directas: Si quieres que la caja suene ya, enfócate en productos estrella con buen margen.
- Branding: Si estás empezando, prioriza visibilidad con productos atractivos aunque no sean los más rentables.
- Clientes nuevos: Usa Shopping para pescar a quienes no te conocen aún.
Ahora, ¿a quién le vas a vender? Google Shopping no tiene segmentación tan detallada como los anuncios de Facebook, pero puedes usar datos de tu negocio para afinar el tiro. Por ejemplo, si vendes zapatillas, apunta a los runners, no a los que buscan pantuflas. Revisa tu Google Analytics o tu CRM: ¿quién compra más? ¿Hombres, mujeres, qué edades? Esa info te ayuda a elegir qué productos promocionar y cómo ajustar tus pujas más adelante.
Un truco: empieza con un enfoque amplio y luego afina según los datos que Google te dé. Así no te casas con una idea que no funciona.
Paso 3: Estructura tus campañas como pro
Aquí empieza la acción. Vamos a montar tus campañas de Google Shopping como si fueras un experto en Paid Media desde hace años.
- Elige el tipo de campaña Tienes dos opciones principales:
- Standard Shopping: Control total. Tú decides qué productos mostrar y cómo pujar. Ideal si te gusta tener las riendas.
- Performance Max: Google mezcla Shopping con display, YouTube y más, usando su IA para optimizar. Perfecto si prefieres dejarle el trabajo pesado a la máquina. ¿Cuál usar? Si eres nuevo, prueba Standard para aprender cómo funciona. Si ya tienes experiencia y datos históricos, Performance Max puede darte un empujón extra.
- Organiza tus productos No metas todo en un solo grupo como si fuera un cajón desordenado. Divide tu catálogo en grupos de productos según categorías (zapatillas, camisetas), márgenes (alto, bajo) o incluso estacionalidad (verano, invierno). Así puedes pujar más por lo que te renta y menos por lo que no.
- Bidding: ¿Manual o automático?
- Manual CPC: Tú pones el precio por clic. Bueno para empezar y entender qué productos convierten.
- Smart Bidding: Google ajusta las pujas por ti con opciones como Maximizar Conversiones o ROAS objetivo. Úsalo cuando ya tengas suficientes clics y ventas (Google recomienda al menos 30 conversiones en 30 días). Consejo: si vas por Smart Bidding, empieza con un ROAS conservador (digamos, 200%) y ajusta según resultados.
Ejemplo práctico: Imagina que vendes ropa deportiva. Crea una campaña con grupos como «zapatillas de running» (puja alta, son tu fuerte) y «accesorios» (puja baja, menos margen). Así controlas el gasto y maximizas ganancias.
Paso 4: Optimiza y ajusta sobre la marcha
Lanzar la campaña no es el final, es el comienzo. Ahora toca mirar los números y ajustar para que todo rinda mejor. Estas son las métricas clave que no puedes ignorar:
- CTR (Click-Through Rate): Porcentaje de clics por impresión. Si está por debajo del 1%, algo falla (fotos malas, títulos poco atractivos).
- ROAS (Return on Ad Spend): Cuánto ganas por cada dólar gastado. Un ROAS de 400% (4:1) es un buen punto de partida en e-commerce.
- CPC (Cost Per Click): Si pagas demasiado por clic y no conviertes, revisa tus pujas o productos.
Tips para optimizar:
- Palabras clave negativas: Si vendes zapatillas de running y ves clics en «zapatillas para perros», añade «perros» como negativa. Así evitas gastar en búsquedas raras.
- Ajustes de puja: Sube la puja en productos que convierten bien y bájala en los que no.
- Mejora el feed: Reescribe títulos con más keywords o cambia imágenes si el CTR no despega.
Revisa tus campañas cada semana al principio. No dejes que Google queme tu presupuesto sin que te des cuenta.
Paso 5: Escala tu estrategia ganadora
Cuando ya tienes una campaña que funciona (ROAS positivo, clics que convierten), es hora de subir el nivel:
- Aumenta el presupuesto: Si una campaña te da un ROAS de 500%, dale más gasolina. Hazlo poco a poco (20-30% más) para no desestabilizar los resultados.
- Retargeting: Usa las audiencias de Google Ads para mostrar tus productos a quienes visitaron tu web pero no compraron. Es como decirles: «Oye, ¿te olvidaste de mí?».
- Prueba mercados nuevos: Si vendes local, prueba otros países o regiones con demanda similar.
Ejemplo: Si tus zapatillas de running se venden como pan caliente, crea una campaña de retargeting para los que las vieron pero no las compraron. Añade un descuento en el feed y verás cómo caen.
Desarrollar una estrategia de Google Shopping no es magia, es método. Configura bien tu base técnica, define objetivos claros, estructura campañas inteligentes, optimiza con datos y escala cuando todo encaje. No hace falta que seas un gurú de Paid Media para empezar; con estos pasos ya tienes el mapa para que tus productos lleguen a quien los busca.