El fin de la Web… ¡Larga vida a Internet!

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Durante unos cuantos años la Web ha sido el motor de crecimiento de Internet y, con ello, el motor de crecimiento de la revolución tecnológica que estamos viviendo. Pero la Web llega a su fin y con ello se avecina un importante cambio en cómo funciona Internet y cómo debemos gestionar nuestros negocios en relación a lo digital.

La muerte de la Web no será algo que se produzca un día determinado, ni será muy evidente hasta que hayan pasado muchos años de su «muerte». Su presencia perdurará durante un buen tiempo, y la realidad es que la Web ya está más muerta que viva.

La Web vs Internet

Si llevas tiempo metido en negocios digitales, entenderás perfectamente la diferencia entre La Web e Internet. Pero tanto si no estás muy metido en lo digital, como si has nacido ya directamente en lo digital, puede que no entiendas del todo la diferencia entre ambos conceptos, así que dedico unas líneas a clarificarlos.

Internet no es más que la red de ordenadores interconectados entre sí. De hecho es «la red de redes» porque consiste en multitud de redes de ordenadores conectadas entre sí, facilitando el acceso a información que se encuentra en cualquier servidor u ordenador del mundo.

Sobre Internet se construyeron un montón de servicios y protocolos de comunicación que facilitan la existencia de estos servicios. Por ejemplo, el protocolo SMTP facilita el envío de correos electrónicos, o diversos protocolos P2P facilitan la transmisión de archivos entre ordenadores (por ejemplo para bajarse películas o música de forma ilegal, aunque tiene muchas aplicaciones legales también).

De todos esos servicios, el que más impacto ha tenido ha sido la Web o WWW, un conjunto de protocolos que nos facilitan la vida a la hora de navegar por páginas de contenido (HTML). Gracias a la Web podemos acceder a páginas de cualquier tipo, ya bien sean medios de comunicación, redes sociales, blogs personales o cualquier otro contenido.

En resumen, Internet es una grandísima red de ordenadores conectados que facilita la transferencia de información entre ellos, y la Web es un servicio que nos permite acceder a las páginas web alojadas en esos ordenadores desde nuestros navegadores.

La Importancia Histórica de la Web

Hasta ahora la Web ha sido un pilar ultra-importante de la revolución digital. Ha permitido estandarizar el acceso a la información y crear multitud de servicios que han estandarizado el cómo usamos Internet.

Buscamos la información en Google, conversamos con nuestros amigos en Facebook, buscamos relaciones profesionales en LinkedIn, damos a conocer nuestros negocios locales en Google My Business…

Sin la Web hubiera costado muchísimo más que los negocios se digitalizaran por no tener un contexto tan estandarizado y tan relativamente fácil de entrar.

Sin embargo, ahora que ya una gran mayoría de personas y negocios conocen cómo funciona la Web, vemos que su poder se está disipando y que lo que viene es una amalgama de submundos más difíciles de navegar y que van a requerir mucho más de nosotros para poderles sacar partido.

Facebook y el nacimiento de las sub-Webs

Facebook es un buen ejemplo de lo que estamos viviendo en relación a la Web. Durante su máximo apogeo, había bastantes usuarios de Facebook que solo entraban a Internet y a la Web para acceder a Facebook y compartir y consumir contenido ahí.

Facebook, al igual que ahora Instagram y muchos otros servicios, se han acabado convirtiendo en grandes sub-Webs que concentran ya no solo muchísimo tráfico, si no también multitud de información, difícilmente accesible desde fuera de estos espacios.

Según más y más usuarios se han ido conectando a la Web, también se han hecho más grandes este tipo de servicios, hasta el punto que han acabado teniendo sentido por sí mismos. Es decir, si hoy mismo desapareciera la Web, sitios como Facebook se mantendrían y no se resentirían tanto porque tienen una audiencia cautiva y además han desarrollado otros canales de comunicación con sus clientes, como son las Apps Móviles.

Lo mismo pasa con sitios como Netflix, o en general los sitios de streaming de vídeo. Estos negocios sirven vídeos vía Internet pero cada vez menos vía Web, y más servido a aplicaciones móviles, televisiones inteligentes y otros dispositivos que consumen este contenido mediante otros protocolos. Además el vídeo es un claro ejemplo de contenido «poco Web» porque es difícilmente indexable y se suele descubrir y consumir desde entornos cerrados.

Podría parecer que el vídeo es una parte pequeña de Internet, pero a día de hoy gran parte de los contenidos que se transmiten en Internet son vídeos.

Porcentaje de tráfico en video en Internet

Apps Móviles, los grandes Silos de Información

En los últimos años hemos vivido la «mobilización» de la web (sí, con B, por eso del «mobile») y no solo hemos llegado a un punto en el que el tráfico que reciben las webs es más mobile que desktop, ni tampoco nos quedamos en muchos verticales y casos concretos donde las ventas se producen más desde dispositivos móviles. El impacto de lo mobile está siendo devastador sobre la Web.

En 2017 ya se estaban usando más smartphones para acceder a Internet que cualquier otro dispositivo (laptop, desktop, tablet), en la mayoría de los países desarrollados. Curiosamente, en los subdesarrollados es más fácil encontrar más accesos desde smartphones que desde ordenadores porque son dispositivos más baratos y accesibles.

Uso de smartphones vs ordenadores 2017

Y cuando vemos este dato desde el punto de vista de minutos conectados con cada dispositivo, notamos como el uso de los smartphones es ya totalmente dominante.

Los smartphones dominan los minutos de uso de Internet

Dentro de estos minutos conectados desde los dispositivos móviles, las Apps son las reinas, con el 80% del tiempo de los usuarios.

Las apps dominan el 80% del tiempo de conexion de smartphones

Teniendo en cuenta que cada App es una «mini-Web» porque no están indexadas en Internet y para acceder a las mismas hay que estar registrados y descargarse cada App, estamos viendo como gran parte del tiempo de conexión de los usuarios ya no se produce, ni de lejos, en la Web, sino en otras redes de contenidos, más privadas como son las apps móviles. Esto hace que las típicas estadísticas de los sitios Web más visitados, hayan perdido ya todo su valor.

A modo de curiosidad, en China ya el 98% de los usuarios que acceden a Internet ya son mobile, y en regiones como India pasa algo parecido.

98-usuarios-chinos-mobile

Slack, Whatsapp, Email y cada vez más Canales Privados

Y no hablamos solo de Apps móviles, ya que Slack vive en muchos ordenadores gracias a sus Apps para Windows y Mac. Lo mismo pasa con el email, que vive en cualquier dispositivo pero es un canal privado al que solo puede acceder el propietario de la información.

Según tenemos más usuarios conectados a Internet, han ido surgiendo más servicios que facilitan el intercambio de información de forma privada de uno a uno o bien mediante grupos. Gracias a esto han aparecido multitud de canales de Slack para generar discusiones, canales de Telegram para difundir contenidos y miles de millones de grupos de WhatsApp para jodernos un poquito la vida a cada uno de nosotros 😛

Esto ha empujado a que cada vez haya menos contenidos en la Web y más en canales privados, haciendo más difícil, por ejemplo, perseguir la difusión de Fake News que se suelen mover mejor por estos canales que no están controlados de ninguna forma.

Vemos con todo esto una tendencia de cada vez compartir menos contenidos de forma pública y abierta, como se hacía en la web, menos blogs y menos portales webs públicos, pero más canales privados o canales que no necesitan la Web para vivir, como puedan ser Slack, los podcasts, vídeos…

Google alejándose de ser un buscador sobre la Web para ser un asistente

Google ha sido un baluarte de la Web, ya que ha facilitado el encontrar cualquier tipo de información en un espacio virtual tan sumamente grande. De hecho, diría que Google y el resto de buscadores (y anteriormente directorios), han facilitado que la Web acabe siendo en lo que se ha convertido, porque, si no, sería una gran biblioteca de información imposible de encontrar.

Mientras el paradigma de la Web estaba en auge, a Google le ha interesado ayudarnos a buscar la información y redirigirnos a las páginas externas que respondieran nuestras preguntas. De esta forma ofrecen un valor al usuario (le contestan sus preguntas) pero también ofrecen un valor a los sitios (llevarles tráfico) y les permite tener un modelo de negocio (llevarles más tráfico si pagan).

Como hemos visto hasta ahora cada vez hay menos información en la Web de toda la que está accesible por otros canales (Apps, Facebook, Slack…). Según el paradigma de la Web se va rompiendo porque en la Web ya no está toda la información, Google también está cambiando su paradigma.

Ya no tiene como principal interés el redirigir tráfico a las webs que ofrecen respuestas a las preguntas de los usuarios, sino que intenta responderlas directamente. Y si nos queda duda, simplemente tenemos que ver está brutal estadística de Spark Toro donde se explica cómo Google ya no genera clics en más del 50% de las búsquedas, ya que en muchos casos resuelve la pregunta directamente él.

Google genera menos del 50% de clicks en búsquedas

Y no es de extrañar, ya que Google «sabe hacer cada vez más cosas». Nos responde directamente a cálculos matemáticos, conversiones de moneda o de sistemas métricos, nos da info de vuelos, etc.

Capacidades de Google

Para algunos esto responde a la necesidad de Google de ayudar a los usuarios, pero la realidad se esconde con un poco más de profundidad.

Google sabe que tendemos a un mundo donde la Web ya no existe, y por tanto su buscador, como tal, va a ir perdiendo sentido. Su buscador está pensado para indexar y redirigir a páginas Webs, pero si la gente ya no las usa, necesita transformarse.

Para transformarse decide responder directamente a muchas de las preguntas que nos podamos hacer. Porque de esa forma podrá seguir intermediando entre nosotros e Internet y, de paso, encontrar nuevos modelos de negocio que serán una evolución de su red de publicidad pero adaptada a un entorno de respuestas directas (asistentes de voz, de los que hablamos algo más adelante).

Fortnite y los nuevos mundos de información fuera de la web

Y toda esta tendencia de un Internet sin Web, sigue adelante por muchas otras vías. Hace poco, Andrew Chen, un gran analista de inversión en Silicon Valley, reflexionaba acerca de que «la próxima red social no será como una red social«. Leyendo el hilo de tweets se llega a una conclusión muy clara: Fortnite es la próxima red social, o al menos tiene el aspecto que tendrán los próximos mecanismos de comunicación entre usuarios en Internet.

Y ya no estamos hablando de webs, si no de espacios virtuales masivamente grandes y donde gracias a las tecnologías de 3D, de videojuegos, o incluso a la realidad virtual o aumentada, podremos interactuar unos con otros de una forma más natural y divertida.

No me parece para nada descabellado, sobre todo teniendo en cuenta que los más jóvenes interactúan entre ellos muchísimo más vía Fortnite y juegos similares que a través de canales que nos parecen mejor diseñados para esa interacción como puedan ser Facebook, Instagram u otras redes sociales.

También para mantener «conversaciones online» y mantener el contacto entre nosotros, acabaremos utilizando otros espacios que no estarán en la web.

Todo ha cambiado… ¿Hacia dónde vamos?

Decir que todo ha cambiado es una auténtica gilipollez, lo sé. Básicamente todo está cambiando ya día a día, minuto a minuto. Pero en lo que concierne a la Web, hemos vivido unos años relativamente «estables» donde la Web jugaba un papel central pero vemos que cada vez va a ser menos importante.

¿Hacia dónde vamos? Pues a un territorio desconocido, pero seguramente más parecido al «mundo real» que a lo que ha venido siendo la web. Un mundo donde las reglas no van a estar tan claras como lo estaban hasta ahora, y donde volverán a reinar algunos criterios como los valores de marca, antes que el ser bueno posicionándose en Google.

También vamos a un mundo digital mucho más complicado para las pymes. Ya es complicado estar adaptado al mundo digital en un momento donde lo necesario es tener una web, estar posicionado en Google, utilizar adecuadamente Google My Business y algunos marketplaces. Pero mucho más complicado va a ser el mundo digital sin tener un soporte tan estandarizado como la Web, y con multitud de grandes silos cada uno operando a su forma y con sus propias reglas.

Complicado adivinar qué va a pasar, pero sí parece que cobran importancia dos aspectos básicos.

Tienes que ser una marca

En un mundo donde va a desaparecer el SEO tal y como lo hemos conocido y donde los asistentes de voz van a tomar muchas decisiones por nosotros, debemos cambiar el cómo los usuarios llegan a nosotros.

Y la forma más efectiva es conseguir que los usuarios nos quieran a nosotros, y no a cualquier sustitutivo, tal y como decía Rand Fishkin hace aproximadamente un año con este tweet: «La mejor estrategia SEO es construir una marca que tenga más búsquedas que todas las palabras clave no brandeadas de forma conjunta».

Esto viene a decir: «crear una marca que la gente quiera comprar, y ya se las apañarán para comprarte a ti, y no a quien les diga Google o Amazon».

Además, la Sociedad está siendo cada vez más consciente de los valores que quiere apoyar. Queremos marcas comprometidas, sostenibles, que no solo nos vendan productos sino que se alineen con nuestros objetivos vitales. Si queremos estar en la cabeza de los compradores, debemos ser marcas que ellos amen, si no estamos arruinados.

Por esto cada vez más veremos que cualquier empresa será un mini-medio de comunicación. El podcast seguirá creciendo como una herramienta de conexión con las audiencias que permite mantenerse en la cabeza de los consumidores, y cada vez se generarán más contenidos en formato vídeo para aprovechar los canales de distribución de vídeo (mientras no evolucionen) para captar nuevos clientes al igual que hasta ahora se hacía con Google. La generación de contenidos subirá de nivel y cada vez será un entorno más competitivo donde ya no valen los contenidos de 3 duros ni cualquier cosa que no esté a la altura de las exigencias de los consumidores.

Y esto es un problema sobre todo para los pequeños negocios, y también para los negocios que han vivido única y exclusivamente del SEO hasta el momento. Toca reconvertirse.

Y tu negocio debe generar Flywheels

Y para poder crecer en este entorno que se nos viene, en este mundo post-Web donde no se busca, pero sí se puede encontrar, debemos apoyarnos en herramientas tan potentes como los Flywheels. Samuel Gil explicaba muy bien el concepto en su Suma Positiva #2: «Si a un negocio, a medida que crece, le resulta cada vez más sencillo seguir creciendo, se dice que ha creado un bucle de retroalimentación positiva, o lo que es lo mismo, que se ve beneficiado por un ‘flywheel effect'».

En definitiva, si nuestro negocio no es capaz de generar nuevos clientes a partir de nuestros clientes actuales, o al menos facilitarnos la vida para conseguirlos, estamos jodidos. Lo que antes conseguíamos a través del SEO y de facilitar el que nos encontraran mediante las herramientas que nos daba la Web, ahora lo debemos conseguir de otra forma.

Necesitamos productos y servicios que sean tan buenos que la gente vaya a buscarlos. Y no estamos hablando solo de Referral Marketing, existen muchos posibles bucles de retroalimentación al más puro estilo flywheel como apunta Samuel en su artículo:

El Fin de la Web… Larga Vida a Internet

Los Suaves ya cantaban en su día que «La Noche Se Muere» y esta canción puede ser un buen cierre para este artículo. Tal y como cantaba el gran Yosi:

Para no ver más a la muerte
yo me quisiera morir
y para dejar de quererte
contigo quiero vivir.
Cuando hay algo que se gana
siempre hay algo que perder
más amargo que la muerte
es el amor de una mujer.

La Web se muere tal y como la habíamos conocido, pero nos deja por delante muchísimos retos y oportunidades. Algunos de ellos los podemos empezar a entrever, pero con muchos otros nos encontraremos de bruces en unos años. Sea como sea debemos estar preparados para el cambio.

Escrito por

José Carlos Cortizo

José Carlos Cortizo

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